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Los audífonos inalámbricos Skullcandy y tú, con tus pasiones, son ¡la pareja ideal!

¿Sabes cuál es la primera manifestación de libertad que experimenta el ser humano? Cuando, solo unos segundos después de salir del vientre de la madre, se corta el cordón umbilical. A partir de ahí, es uno solo, es autónomo, ¡es libre! Lo irónico es que estamos tan pequeños, tan frágiles, tan abrumados por salir de esa plácida zona de confort, que no nos damos cuenta. 

Una de las maravillas de la revolución tecnológica que se dio desde los años 80, mucho antes de la irrupción de internet en nuestra vida, fue la posibilidad de contar con los que llamábamos dispositivos periféricos. Impresoras, discos externos, unidades de cd/dvd, pantallas, monitores, mouses, teclados o altavoces. Más adelante, teléfonos, cámaras, luces led y otros más. 

Todo esto, conectado a un computador, un pc o uno portátil. ¿Recuerdas esa experiencia? Metros de cables enredados, entrelazados, que se tensionaban, que se desconectaban y que convertían el lugar de trabajo en una jungla. Lo peor era que había dispositivos que nos exigían utilizar como mínimo dos, a veces, tres: corriente, conexión al computador y a la impresora

De hecho, con algunos de estos maravillosos dispositivos es así. Aunque los computadores cada vez cuentan con menos puertos, los cables siguen siendo necesarios. No hay forma de eliminarnos. No en algunos aparatos, al tiempo que han surgido otros cables: el HDMI o el de la consola de juegos, por ejemplo. Cables que son el cordón umbilical de la tecnología. 

Y así sucesivamente. Cada nuevo dispositivo que nos ofrecía la tecnología, con características geniales, venía con su cable, con su cordón umbilical. ¡Una pesadilla! Por fortuna, la increíble revolución tecnológica evoluciona a pasos acelerados y ahora la mayoría de los dispositivos vienen sin el cordón umbilical. ¿Cómo es posible? Gracias a la tecnología inalámbrica. 

¿Sabes qué es lo insólito? Que la tecnología inalámbrica surgió muchísimo antes que todos estos maravillosos dispositivos, muchísimo antes que internet. ¿Lo sabías? El primer aparato de comunicación sin cables se llamó fotófono y fue creado en 1880 por Alexander Graham Bell y Summer Tainter. Permitía la transmisión del sonido por medio de una emisión de luz. 

Unos años más tarde, en 1888, fue el físico alemán Rudolf Hertz el que realizó la magia de transmitir sin cables con ondas electromagnéticas. ¿Cómo lo hizo? Por medio de un oscilador que usó como emisor y un resonador que hacía las veces de receptor. Seis años después, las ondas de radio ya eran un medio de comunicación. El milagro inalámbrico estaba consumado

A partir de ese momento, los progresos se dieron uno tras otro. En 1899, Guillermo Marconi estableció comunicaciones inalámbricas en los extremos del canal de la Mancha, entre Dover (Inglaterra) y Wilmereux (Francia). Una década más tarde, los mensajes que cruzaban el Atlántico eran pan de cada día y en la II Guerra Mundial esta tecnología registró notables avances. 

Un poco de historia 

Más cerca en el tiempo, en 1971, un grupo de investigadores de la Universidad de Hawái creó Aloha. ¿Qué era? En palabras sencillas, la primera red inalámbrica, conformada por siete computadoras instaladas en diferentes islas y controladas por un ordenador central. Un año más tarde, Aloha se conectó con Arpanet, la red precursora de lo que hoy es internet. 

Hasta que llegamos a finales del siglo pasado, cuando Nokia y Symbol Technologies, dos pesos pesados de la tecnología, crearon la Wireless Ethernet Compatibility Alliance (WECA), que luego se conoció como Wi-Fi Alliance (Wireless Fidelity). Fue el paso necesario para impulsar el desarrollo de la tecnología inalámbrica y, en especial, de la compatibilidad de los equipos

Y así aterrizamos en el presente. Un presente hiperconectado a través de poderosas redes inalámbricas, con dispositivos capaces de vincularse con otros similares bien sea por Bluetooth o wifi. Una maravillosa tecnología que, si bien nos presta grandes servicios, aún está en desarrollo, en permanente evolución, y nos ofrecerá cada vez más dispositivos inalámbricos. 

Que ahora son el estándar. ¿Los cables? Aún existen y lo harán por largo rato, al menos los de energía eléctrica. ¿Y los demás? Desaparecen poco a poco, gracias a las bondades de las conexiones inalámbricas. Que no solo nos permitieron cortar el cordón umbilical de la mayoría de los cables, sino que nos brindan la posibilidad de vivir experiencias más satisfactorias. 

Unos dispositivos que han vivido esta transformación, que han logrado cortar el cordón umbilical de los cables, son los audífonos. Si bien todavía abundan los modelos con cables, cada vez son más comunes y elegidos los inalámbricos. Además, dado que son versátiles y útiles en varias actividades, en el mundo moderno también denotan un estilo de vida

Y lo mejor ¿sabes qué es lo mejor? Que hay una gran variedad de marcas especializadas en estos dispositivos. Marcas enfocadas en identificar las necesidades del usuario y satisfacerlas plenamente a través de una experiencia única. Una de ellas es Skullcandy, con sede en Park City (Utah), pero cuyos productos traspasaron fronteras y se convirtieron en globales. 

Como tantos inventos geniales, los audífifonos Skullcandy fueron producto de la casualidad. En medio de un traslado en un chairlift para practicar snowboard, Rick Alden recibió una llamada. Y no la pudo atender, porque mientras intentaba despojarse de los guantes y lidiaba con los audífonos con cable y los demás implementos para esquiar, la llamada se colgó. 

Eso ocurrió a comienzos de los años 2000 y hoy, dos décadas más tarde, son cada vez más los usuarios que eligen esta marca para vivir experiencias inolvidables. Que, valga recalcarlo, va mucho más allá de escuchar su música preferida a la hora de practicar ejercicio en el gimnasio, de salir a caminar o pasear en bicicleta, de ver videos en internet o, inclusive, de trabajar. 

Para bien o para mal, la dinámica del mundo moderno nos ha convertido a los seres humanos en personas solitarias. Los roles que nos impone la sociedad, la frenética rutina del día a día y las distancias que recorremos entre el trabajo y el hogar nos obligan a estar solos por mucho tiempo. Por eso, justamente, los dispositivos digitales se han convertido en la mejor compañía. 

Y entre ellos, los audífonos ocupan un lugar de privilegio. En especial los que, como los productos de Skullcandy, ofrecen una multitud de beneficios derivados de sus poderosas características. ¿El primero de ellos? Hay una gran variedad de modelos manos libres, es decir, sin cables para que puedas disfrutar libremente la experiencia mientras realizas otras labores. 

Buena parte de los compradores de los productos Skullcandy son los practicantes del running, una disciplina con millones de adeptos en todo el mundo. Más allá de una rutina que ayuda a cuidar la salud, es un valioso tiempo consigo mismos. Estos auriculares, por la forma en que fueron diseñados, son ideales: no se caen, aíslan el ruido externo y brindan gran calidad

Los productos Skullcandy también son cada vez más los elegidos por quienes van al gimnasio a ponerse en forma. Es otra actividad solitaria que hemos aprendido y que nos exige el máximo de nuestra energía, de nuestra concentración. La experiencia de ‘desconectarse’ del mundo y conectarse con tu interior, para sacar lo mejor de sí, es más agradable con estos auriculares.  

Ahora, si eres de aquellos que viaja en transporte público, hacia el lugar de trabajo, hacia la universidad o al centro comercial, la mejor compañía son los auriculares Skullcandy. Por la fidelidad del sonido, por las manos libres que te permiten absoluta libertad y, además, porque te permiten escuchar tu música o, con un solo toque, responder una llamada en tu teléfono. 

Conclusión /

Sí, la solución perfecta al problema que enfrentó Rick Alden a bordo de aquella silla esquiando camino de la cima de la montaña. Lo mejor, ¿sabes qué es lo mejor? Que los límites los impones tú. Es decir, que los audífonos Skullcandy son tu mejor compañía a toda hora, en cualquier actividad que realices, bien sea de ocio, de trabajo, de deporte. ¡Tú y Skullcandy son la pareja ideal! 

La vida, como dice la canción, “es un ratico”. La premisa es aprovechar cada día que la vida te regala, cada momento, en conexión contigo mismo, con tus pasiones y aficiones, en especial con la música. Elige el modelo que más te guste, el que más se ajuste a tus necesidades, y prepárate para disfrutar una experiencia sinigual, único, cada vez que los utilices. 

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