
La fórmula más efectiva para generar un impacto positivo en la vida de otras personas es inspirarlas. Con esa premisa, la francesa Marie Droz, radicada en Panamá, no solo es una de las figuras más representativas del surf en su país, sino también y de manera muy especial un modelo que busca que otras mujeres se lancen a las olas y le muestren al mundo su valía.
Con tan solo 18 años, esta entusiasta joven ostenta el título de campeona nacional de la categoría junior en Panamá, pero ya les ganó también a las mayores en la categoría Open. Desde la primera clase de surf, sintió una poderosa conexión con las olas, con el mar, y se sintió muy cómoda sobre la tabla. Ese, sin duda, es su verdadero lugar en el mundo.
Siempre contó con el apoyo de sus padres, pero la persona que más le ayudó a ser una deportista sobresaliente fue su entrenador y mentor Vampiro Martínez. La suya ha sido una trayectoria meteórica hacia la cumbre, pero no ha sido un camino fácil. Una de las razones es que el surf ha sido concebido, desde siempre, como un deporte reservado para los hombres.
Y Marie, por supuesto, quiere romper con esa idea, de la misma manera en que rompe la resistencia de las olas y vuela sobre ellas con destreza y habilidad. “Debe haber más chicas en el agua, debemos unirnos”, es su proclama. Es que, más que un deporte que la apasiona y que le ha permitido mostrar su talento, para Marie es un medio de transformación y educación.
“Lo que más me gusta en el surf es que en el mar uno se siente libre y conectado con la naturaleza. Son indescriptibles las sensaciones que uno experimentan cuando se agarra una ola: son únicas, algo ‘supercool’”. Allí, sobre las olas, Marie se siente dueña del mundo, libre y capaz de conseguir todo lo que se propone, un mensaje que quiere compartir con otras mujeres.
“Soy una privilegiada y he tenido la oportunidad de vivir grandes momentos felices e inolvidables. Me encanta viajar y conocer otros lugares, cada viaje me es algo extraordinario. Eso sí, si me piden que elija un recuerdo, me quedo con la ocasión en la que gané la categoría Open de damas, algo que no es fácil”, relata. Por supuesto, ella quiere más, va por más.
Más que títulos y trofeos, Marie sueña con que sus logro inspiren y empoderen a otras mujeres. “Me gustaría que en un futuro me recuerden como un persona feliz, amante del mar, de la naturaleza y del medioambiente. También, como una surfista competitiva y, sobre todo, como una mujer que siempre está dispuesta a enseñar y compartir su pasión con los demás”.
Ser embajadora de IOCA: “Sin importar de dónde somos o qué deporte practicamos, en IOCA somos una familia. Siempre nos apoyamos con buenas vibras”.
Marie Droz
Algo que casi nadie sabe de mí: “Soy muy mala, de verdad, en la cocina: allí no puedo sostenerme en la tabla. Lo único que sé cocinar es la pasta”.