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Marisa Méndez y su pasión por el Bicycle Motocross

La primera vez pudo ser la última vez. La primera vez que Marisa Méndez representó a Guatemala en una competencia internacional de bicicrós (BMX), en Aguascalientes (México), sufrió una caída y terminó en un hospital. Por la violencia de los golpes recibidos, se le inflamó el cerebro y sufrió laceraciones en la espalda y las rodillas. Estuvo seis meses en recuperación. 

Fueron los momentos más difíciles de su vida, en especial porque temió que, una vez se hubiera recuperado, sus padres no le permitieran regresar a las pistas. Y lloró, lloró mucho, en silencio, de desesperación y tristeza. Sin embargo, su fortaleza mental, su pasión por la bicicleta y los sueños de subir al podio le sirvieron para soportar este trance y superarlo. 

La primera vez que se subió a una bicicleta, tenía 5 años. Sus hermanos Roberto y Luis eran practicantes y, no podía ser de otra manera, quería ser como ellos, seguir su estela. Al principio, fue como un juego, pero cuando vieron que ella se lo tomaba en serio, muy en serio, trataron de persuadirla: “ese es un deporte de hombres”, le dijeron. No los escuchó. 

Pronto, la fuerza de sus pedalazos y su amistad con el triunfo hicieron que directivos del deporte en Guatemala, medios de comunicación y aficionados posaran su mirada en ella. Era una guerrera, una competidora que jamás se daba por vencida. Por eso, a nadie le extrañó que tras recuperarse de las lesiones volvió a subirse a la bicicleta. No había forma de frenarla. 

Además, tenía una cita con la historia. Y la cumplió el 28 de julio de 2018, en la pista de Villa Carolina, en Barranquilla (Colombia). En la final de la prueba femenina del BMX, logró la medalla de bronce. Era la primera guatemalteca en obtener una presea en esta disciplina. Y lloró, lloró mucho, pero esta vez fue de alegría, de orgullo: el sueño se había hecho realidad. 

Hoy, Marisa administra su propia pista de BMX en la que instruye a niños y adolescentes. “A las niñas les digo que no se fijen en lo que otros dicen. Este es un deporte para cualquiera, no solo para los hombres. Las motivo para que no se detengan hasta conseguir sus sueños”. A Marisa no la detuvo ni siquiera una caída que la tuvo al borde de la muerte y escribió una historia inolvidable.

Ser embajadora de IOCA: “Contar con el apoyo necesario por parte de grandes empresas y poder concentrarte en tus resultados es una gran motivación gracias a IOCA Group.

Algo que pocos saben de mí: “En la pista, quizás proyecto imagen de mujer ‘dura’, pero la verdad es que soy muy sentimental y, lo confieso, me encanta estar enamorada”.ó.

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