Al menos el 40 % de la población mundial se divierte con los videojuegos. Skullcandy es uno de los jugadores destacados de la industria.
Comenzó, literalmente, como un juego, a mediados de los años 50. Hoy, es una de las industrias más lucrativas del mundo, una que no cesa de crecer. Y, lo mejor, su impacto no solo apunta a los menores, sino que también logró atraer la atención de los adultos. Ya no se lo puede calificar como una tendencia o un fenómeno, sino como una afición y una profesión.
Según el informe Global Entertainment and Media Outlook 2022-26 de PwC, se espera que la expansión haga que la industria mundial de los videojuegos alcance un valor de 321.000 millones de dólares en 2026. Así mismo, el portal Statista.com revela que el número estimado de jugadores de videojuegos en el mundo en 2022 era de 2.500 millones de personas.
Hay otras fuentes, sin embargo, que hablan de más de 3.500 millones de personas aficionadas a estos juegos electrónicos. Si tenemos en cuenta que la población mundial recientemente llegó superó el listón de los 8.000 millones de personas, no es difícil ver el altísimo nivel de penetración de la industria de los videojuegos: ¡al menos el 40 % de la humanidad!
China, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido, en ese orden, conforman el Top-5 de países con más practicantes. De Latinoamérica, el escalafón lo encabeza México, seguido de Brasil, Argentina y Colombia. España se incrusta entre ellos (tercero). Y las previsiones indican que cada día serán más los practicantes de las diferentes modalidades de videojuegos.
Cuenta la leyenda que por allá en los años 40 y 50, en la era de la prehistoria de la tecnología, solo las universidades y las grandes empresas podían tener computadores. ¿Por qué? Por el precio, primero, y por el tamaño, que requería un lugar grande. Eran dispositivos lentos y limitados en funciones, pero ya incorporaban una característica especial: los juegos.
Si bien es imposible de establecer con certeza, se le atribuye la creación de los videojuegos a un físico llamado Willy Higinbotham, un físico nacido en Connecticut (EE. UU.). A mediados de los 50, como director de la División de Instrumentación del Laboratorio Nacional Brookheaven, creó algo, algo diferente y entretenido para amenizar las visitas que se producían a diario.
Tennis for Two fue el primer videojuego electrónico que hacía las delicias de los visitantes al laboratorio. Había un ordenador central conectado a un osciloscopio y la visualización final representaba una pista de tenis desde un punto de vista horizontal. Disponía de dos joysticks que, mediante giros de la palanca, impulsaban la pelota para intentar marcar en campo rival.
El problema era que el invento de Higinbotham era costoso y desapareció pronto. La semilla, sin embargo, había sido sembrada y pronto germinaría. El otro hecho insólito fue que este
científico nunca patentó su invento, porque pensaba que, por haber sido desarrollado bajo el marco de un proyecto del gobierno, no era necesario. Aun así, quedó marcado en la historia.
A finales de los años 70, se lanzó Atari 2600, una consola doméstica con joysticks y cartuchos intercambiables que reproducían juegos de varios colores. Esto marcó una segunda etapa en la evolución de las consolas de videojuegos. La década de los 80 significó un declive, provocado por la profusión de juegos de baja calidad que llevaron a la quiebra a varias compañías.
Fue una crisis efímera, porque en 1985, de la mano de Nintendo Entertainment System que desembarcó en Estados Unidos, surgió una nueva generación de videojuegos con mejoras en los gráficos, colores, sonido y la jugabilidad de 8 bits. Así mismo, se incorporaban regulaciones más estrictas para los juegos de terceros desarrollados para su sistema, para evitar la piratería.
En esa época salieron al mercado franquicias de videojuegos que aún existen tales como Super Mario Bros, The Legend of Zelda y Metroid, primero, y Game Boy de 8 bits y el famoso juego Tetris, después. A mediados de los 90, con el desarrollo de la tecnología informática comenzó la era tridimensional de los juegos y en 1995 Sony lanzó su Playstation, el videojuego de todos.
Fue a mediados de la primera década de los 2000 cuando Microsoft entró duro en el juego. Su consola Xbox 360 marcó la era moderna de los videojuegos de alta definición gracias a sus potentes capacidades gráficas y sus controles remotos sensibles al movimiento. Como ves, la evolución tardó al menos medio siglo, pero se estima que los mejores años están por venir.
Lo que hay detrás de este auge de los videojuegos es una realidad que muchos, de manera increíble, no captan. ¿Cuál? Que la mayoría de los seres humanos se conectan a internet para divertirse, para entretenerse, para distraerse. No para comprar, aunque compran; no para informarse, aunque se informan; no para estudiar o aprender, aunque estudian o aprenden.
No es una moda
“Si no eres uno de los que ya juega, es posible que lo hagas pronto”, es una frase común entre los creadores de videojuegos. Lo ocurrido recientemente durante la pandemia es una clara muestra: millones de personas, en la soledad y el aburrimiento del confinamiento, optó por los videojuegos para distraerse. Se terminaron las restricciones y no pudieron desconectarse.
“La gente buscaba formas de entretenerse y mantener sus contactos sociales”, afirma Bartosz Skwarczek, cofundador y director general del mercado de videojuegos online G2A.com. “El videojuego se ha pintado a menudo con un pincel equivocado: se le tacha de aislante y poco sociable. Sin embargo, la pandemia demostró que esa idea está muy lejos de la realidad”.
La clave de la experiencia del gaming son las emociones: involucrarse de lleno en el juego, en sus aventuras, en sus retos; competir con otros, vencer a los rivales, aprender a utilizar los recursos disponibles. Una experiencia que no solo exige el desarrollo de unas habilidades, sino también una máxima concentración, una conexión al 100 por 100 con la realidad virtual.
Para conseguirlo, bien sea a través de la consola, el PC o el móvil, el gamer requiere una serie de accesorios indispensables para garantizar una experiencia satisfactoria. Entre ellos se destacan los audífonos, en cualquiera de sus modalidades (diadema, con cable o
inalámbricos). Un jugador no puede equivocarse al elegir los adecuados, so pena de echar a perder la experiencia.
Es como si un aficionado al running escoge mal las zapatillas: no solo no disfrutará el recorrido, sino que probablemente se provoque lesiones. O si un fan del ejercicio acude al gimnasio sin la ropa adecuada: se distraerá, se incomodará, no la pasará bien. Por eso, justamente por eso, la elección de unos buenos cascos o audífonos es prenda de garantía para disfrutar el juego.
¿Qué características deben reunir unos buenos audífonos para gaming? – Sonido fiel, de calidad
– Potencia
– Rango de frecuencia
– Aislamiento del ruido externo
– Materiales resistentes
– Que sean ajustables
– Comodidad
– Latencia (retardo del sonido)
– Tecnología inalámbrica
– Conectividad
– Micrófono integrado
Así como no todos los videojuegos que salen al mercado logran captar la atención de los aficionados, no todos los audífonos cumplen con la especificaciones necesarias para garantizarle al jugador una experiencia satisfactoria. No cualquiera de las marcas, así mismo, pueden ofrecerle al aficionado a los videojuegos dispositivos con las características necesarias.
Skullcandy, que es sinónimo de innovación y estilo, es una de ellas. Cada una de las referencias disponibles ha sido diseñada pensando en que le permitan al jugador una conexión sólida con la aventura que propone el juego para que pueda sentir la adrenalina al ciento por ciento. ¿El resultado? Óptimo. Se involucra tanto en el juego que lo vive como si fuera la vida real.
Cada día son más las personas que, a lo largo y ancho del planeta, eligen el gaming como su actividad preferida a la hora de distraerse, de desconectarse de la realidad. Y cada día son más, también, los gamers que eligen Skullcandy, o se cambian a estos dispositivos, atraídos no solo por su calidad, poderosas características y beneficios, sino porque brindan una sinigual experiencia.
MORALEJA
Hace más de medio siglo, a mediados de los años 50, la aventura comenzó como un juego. El desarrollo de la tecnología, que nos ofrece increíbles dispositivos y accesorios, y los cambios en el comportamiento y las aficiones de las personas transformaron los videojuegos en algo más que un simple pasatiempo. Hoy es también una industria multimillonaria y en alza.
Para Skullcandy es un honor ser un jugador importante en esta historia, haberse ganado la preferencia de miles de gamers de todo el mundo, a pesar de ser una marca joven. Es una responsabilidad que asumimos con orgullo y toda la seriedad requerida, comprometidos en ofrecer siempre nuevos dispositivos de calidad que garanticen experiencias inolvidables.