10 poderosas lecciones que nos enseñan las abejas y son útiles para cualquier empresa o negocio.
Si los seres humanos estuviéramos menos centrados en nosotros mismos, sin dejáramos atrás esa idea de creernos “el centro del universo”, la vida, sin duda, sería más fácil y agradable. ¿Por qué? Porque la vida y la naturaleza nos brindan ilimitadas oportunidades de aprendizaje que a veces, muchas veces, pasan inadvertidas. ¿Un ejemplo? La heroica labor que cumplen las abejas.
La ironía es que estos laboriosos insectos tienen mala fama surgida del temor que infunde su picadura. Que puede producir efectos leves como picazón o alguna reacción cutánea, pero también algunos más severos como náuseas, desmayos, pérdida del conocimiento. Y, en casos extremos, cuando sufres el ataque de una colmena o de la temida abeja africana, puede ocasionar la muerte.
Sin embargo, esa es la excepción que confirma la regla. ¿Cuál regla? Que las abejas son vitales para el planeta, fundamentales para el medioambiente. ¿Por qué? Aportan el equilibrio que la naturaleza requiere al obtener el alimento de las flores, que fomenta en las plantas la capacidad de fecundarse. Esa tarea, conocida como polinización cruzada, es crucial para la vida y el planeta.
A través de esta actividad, las abejas provocan que las plantas generen el oxígeno suficiente para la vida y, además, aumentan el rendimiento en los cultivos. Esto se traduce en un incremento en alimentos de origen vegetal, materia prima textil e insumos agropecuarios. Así mismo, estos insectos proporcionan miel, jalea real o polen y productos como cera, propóleo y veneno de abeja.
Cuando los animales e insectos recogen el polen de las flores y lo esparcen, permiten que las plantas y cultivos alimentarios se reproduzcan. Polinizan las aves, los roedores, los monos e incluso las personas. Lamentablemente, las abejas y otros polinizadores, como mariposas, murciélagos y colibríes, están cada vez más amenazados por las actividades humanas y los agentes químicos.
En las últimas décadas, la población de abejas se ha reducido considerablemente. Y con rapidez. La pérdida de su hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de agroquímicos como los pesticidas las tienen al borde de la extinción. Esto, a su vez, supone una amenaza para plantas fundamentales para el bienestar y el sustento de los seres humanos.
También se cree que la contaminación del aire afecta a las abejas. Las investigaciones preliminares muestran que estos contaminantes interactúan con las moléculas de olor que liberan las plantas y que las abejas necesitan para localizar su alimento. Las señales mezcladas interfieren con su capacidad para buscar alimento de manera eficiente. Las hace más lentas y menos eficaces en la polinización.
La realidad es que al ser humano se le hace tarde para tomar medidas efectivas que protejan a las abejas y, a partir de su impacto en el medioambiente y la naturaleza (otras especies), al planeta y al mismo hombre. Y, al tiempo, valorar y aprovechar las múltiples enseñanzas que las abejas nos brindan con su organización, un maravilloso modelo de gestión para las empresas y negocios.
¿Cómo funciona una colmena?
Primero, cada abeja sabe cuál es su función y se dedica a cumplirla con disciplina. No se distrae. Mientras la reina pone huevos, las obreras fabrican cera, otras limpian (¡son obsesivas-compulsivas con la limpieza!), ventilan la colmena, alimentan a las crías y construyen el panal. Además, están las exploradoras que salen y abastecen a la comunidad de polen tras largos viajes.
Segundo, la abeja reina es la que determina el futuro de la colmena, de ahí que las demás se encargan de cuidarla y de respaldarla. Si una reina muere, la comunidad se esfuerza por encumbrar a la sucesora. Si fracasan, la colmena completa está en riesgo de morir. Y no cualquiera puede desempeñar ese rol, así que la comunidad procura no hacer una elección equivocada.
Tercero, esas nuevas abejas reinas no solo ocupan el lugar de la que ya no está, sino que también generan nuevas comunidades con el fin de asegurar la permanencia de la especie. El trabajo de una colmena es arduo porque la miel es el alimento que permite la subsistencia y la bonanza de la colmena. No hay atajos, no hay tiempo para el descanso y la colaboración es la premisa reina.
Algunas lecciones para el mundo de los negocios que nos brindan las abejas:
1.- Trabajo en equipo.
La más conocida, pero no por eso menos valiosa. La premisa es que, aunando esfuerzos, uniendo los talentos y las habilidades, se logran mejores resultados y más rápido. La clave, como en el caso de las abejas, es que cada integrante del equipo sepa con exactitud qué se espera de él, cuál es la tarea que se le encomendó, y la ejecute sin dilaciones, sin disculpas. La falla de uno perjudica a todos.
2.- Especialización.
Cada abeja, de acuerdo con su clase, tiene una función específica dentro de la colmena. Olvídate del multitasking, que en la práctica se traduce en el desperdicio de esfuerzos, energía y recursos y, al final, en tareas inconclusas (o mal hechas). El mercado exige y valora la especialización tanto de los negocios como de los empleados. Si le quieres vender a todo el mundo, al final no le venderás a nadie…
3.- Adaptabilidad.
Cambia, todo cambia, porque la única verdad irrefutable del mercado es la dinámica del cambio. Y no se trata solo de adoptar las nuevas tecnologías y sus herramientas, sino también de hacer los ajustes de mentalidad necesarios para estar en capacidad de ofrecer la solución adecuada a tus clientes. Mente abierta, aprendizaje continuo y desarrollo de habilidades son la clave del éxito.
4.- Pragmatismo.
En invierno, los zánganos son expulsados de la colmena si no es posible acogerlos adecuadamente. Pragmatismo es la capacidad para entender y aceptar que una estrategia, un producto o una línea que en el pasado fueron exitosas ya no llenan las expectativas de tus clientes. Hay que aprender a soltar, a no enamorarte de lo que vendes y a estar atento a las necesidades y deseos del mercado.
5.- Oler las flores.
“Stop and smell the roses” (Detente y huele las rosas) es una popular frase inglesa que sirve para enseñarnos a apreciar los pequeños detalles de la vida, aquello que solemos pasar inadvertido y encierra mucho valor. Escucha a tus clientes, que son la razón de ser de lo que haces y de cómo lo haces. Si les das justo lo que necesitan, más adelante te lo recompensarán de formas variadas.
6.- Diferenciación.
Cada colonia tiene un olor característico que permite a sus miembros regresar luego de sus labores. Este olor garantiza a la colonia que ningún ser extraño entrará por equivocación. En tu negocio, ser diferente no es una opción, sino una oportunidad para identificarte con el mercado. Se te arriesgas a ser “más de lo mismo”, si no eres auténtico, el mercado quizás te ignore.
7.- Excelencia.
Que no es lo mismo que perfección (que no existe y que, cuando se convierte en una obsesión, se transforma en un obstáculo). Excelente es hacer lo mejor posible en cada acción o tarea. La calidad no es negociable y debes prepararte para subir el listón de las exigencias. El trabajo de las abejas en la construcción de los paneles donde reposan la miel es milimétricamente exacto, preciso.
8.- Interacción.
El genio del marketing no eres tú, tu empresa o tu departamento de ventas: ¡es el mercado, todos y cada uno de tus clientes! Interactúa con ellos, escúchalos con atención, pregúntales qué es lo que requieren y luego, si está dentro de tus posibilidades, entrégaselo. No dejes de lado observar y monitorear a tu competencia porque, créelo, es mucho lo que puedes aprender de ella.
9.- Liderazgo.
En una colmena, la abeja reina no manda, sino que dirige, inspira a las demás y las guía a través del ejemplo. Es una premisa que todas las empresas y negocios, de cualquier tamaño e industria, deberíamos aprender y poner en práctica. Un líder, además, motiva, acompaña y valora la tarea que realizan los demás integrantes del equipo, que trabajan con agrado y son agradecidos.
10.- Autonomía.
Las abejas, cada una en su rol, son independientes, pero no actúan de manera aislada, sino que entienden que son un eslabón de una larga cadena que, al final, las beneficia a todas. En una empresa, no hay puestos, cargos o tareas más importantes que otros: todos son importantes y todos son necesarios. Colaboración, apoyo y comunicación fluida son valores indispensables.
Moraleja
Las abejas obreras, que nacen durante el otoño, viven 6 o 7 semanas, mientras que los zánganos alcanzan los 3 meses. La abeja reina pueden llegar a vivir de 3 a 4 años, aunque en condiciones favorables incluso alcanza los 5. ¿Poco tiempo? ¿Mucho? El necesario, porque la naturaleza es sabia. Además, el tiempo suficiente para cumplir con su tarea y dejarle un legado al planeta.
Pequeñas y frágiles, las abejas son vitales para el medioambiente, el planeta y los seres humanos. Si las abejas se extinguieran, los ecosistemas serían los primeros afectados. Plantas, orquídeas y frutos que son polinizados por especies específicas dejarían de crecer, y no podrían reflorecer. Inmediatamente después, la constitución de los hábitats se vería afectada considerablemente.
Además, diversas especies de animales también se verían en peligro crítico de extinción, sin los alimentos de los que dependen naturalmente. Y los humanos nos quedaríamos con muy pocos recursos: nuestras fuentes de comida se mermarían significativamente. De esta manera, las redes alimentarias del planeta verían cambios dramáticos de los que no podrían recuperarse nunca.