Esta poderosa herramienta será tu gran aliada en el procesamiento de datos.
El 20 de octubre de 1984, se estrenó en Estados Unidos, con gran suceso, la cinta The Terminator (El Exterminador), protagonizada por Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton. Una espectacular cinta de ciencia ficción y acción que se produjo con un presupuesto de 6,4 millones de dólares y recaudó más de 78 millones. El director fue el canadiense James Cameron.
Aquella película, quizás lo recuerdas si la viste, transcurre en el año 2029 (es decir, 45 años después del tiempo real). Gobernadas por la inteligencia artificial (AI) conocida como Skynet, las máquinas, genial creación del hombre, destruyeron la Tierra y sometieron a la humanidad. En ese punto, sin embargo, la resistencia a cargo de John Connor estaba cerca de la victoria.
Entonces, las máquinas deciden eliminar al enemigo antes de que nazca y envían a la Tierra a un cyborg (mitad hombre, mitad máquina), protagonizado por Schwarzenegger. ¿Su misión? Eliminar a Sarah Connor (Linda Hamilton), la madre de John. Al final, Sarah y el soldado Kyle Reese, enviado por la resistencia a protegerla, derrotan al intruso y acaban con la amenaza.
Desde siempre, el ser humano se ha debatido entre dos sentimientos: la fascinación por la tecnología, por un lado, y el temor a que la propia tecnología lo afecte de diversas maneras, por otro. Una situación que hoy, cuando la interacción y la convivencia entre las máquinas y lo seres humanos es una realidad, no ciencia ficción, desvelan que los temores están vigentes.
Hoy vemos autos que se conducen solos, asistentes virtuales que realizan traducciones simultáneas o chatbots que, en función del registro de navegación en internet, nos hacen recomendaciones de compra. Y esos son solo algunos de los usos de la tecnología en este siglo XXI, algunos sencillos y cotidianos, pero la verdad es que las máquinas son parte de la vida.
Y, en la mayoría de los casos, a diferencia de lo ocurrido en la historia de The Terminator, para bien. Hoy, nos guste o no, nos parezca o no, nos atemorice o no, la tecnología está por todas partes, en todas y cada una de las actividades que desarrolla el ser humano. Y no es una tendencia, algo pasajero, sino una realidad que llegó para quedarse, para ayudarnos.
Y esto último, claramente, se manifiesta en el ámbito de los negocios. Es cierto que se culpa a la tecnología y las máquinas por la desaparición de miles de negocios, de diversa índole, en las tres últimas décadas. La verdad, sin embargo, es que esos negocios se negaron a aceptar el cambio, fueron incapaces de adaptarse, eran fallidos. Su desaparición era algo inevitable.
Mientras, otros miles de negocios se han repotenciado gracias a la tecnología. Y no solo los que surgieron producto de la era digital, sino también negocios tradicionales, del ámbito físico, que entendieron los beneficios de la tecnología y los aprovecharon para consolidarse, crecer y llegar a nuevos mercados. Negocios y empresas que tienen un gran aliado: el machine learning.
¿Sabes de qué se trata? Es la capacidad que tienen las máquinas para aprender. ¡Sí, para aprender! ¿Cómo lo hacen? A través de algoritmos que les permiten procesar grandes bases de datos, cotejar información, filtrarla, procesarla y generar reportes que, entre otras tareas, permite predecir comportamientos futuros de los clientes y del mercado en general.
Lo mejor, ¿sabes qué es lo mejor? Que, para realizar este aprendizaje, las máquinas no requieren asistencia humana o una programación previa: lo hacen de manera autónoma, en virtud de la inteligencia que les fue otorgada. ¡IN-CRE-Í-BLE! Lo insólito es que no es algo nuevo, propio del siglo XXI, sino un concepto del que se habla, al menos, desde 1959.
Lo nuevo, en cambio, es el uso que se le da a esa poderosa tecnología. El machine learning es una poderosa herramienta que realiza magistralmente el reconocimiento de patrones y está en capacidad de convertir una muestra de datos, inclusive una enorme, en un programa informático predictivo. Lo increíble es que de cuantos más datos dispone, mejor trabaja.
Es decir, el secreto del éxito del machine learning consiste en alimentarlo constantemente, en enriquecerlo con más datos. Los algoritmos de esta herramienta facilitan la tarea de la inteligencia artificial, que en últimas es la encargada del procesamiento de los datos y, en especial, de las valiosas proyecciones. Es como tener la capacidad de adivinar el futuro.
La IA está conformada por una serie de conjuntos subyacentes, uno de los cuales es el machine learning. Dependiendo de la naturaleza de los datos con los que se la alimenta y del resultado que se busca, se puede utilizar uno de los cuatro modelos de aprendizaje: supervisado, no supervisado, semisupervisado o de refuerzo. Suena sencillo, pero es un sistema muy complejo.
Los algoritmos del machine learning básicamente están diseñados para clasificar datos, encontrar patrones, proyectar resultados y facilitar la toma de decisiones fundamentadas. Es por esta razón que son cada vez más las empresas y negocios, de todas las industrias y de todos los tamaños, que aprovechan tanto la inteligencia artificial como el machine learning.
Esta capacidad de aprendizaje se emplea también para la mejora de motores de búsqueda, la robótica, el diagnóstico médico o incluso la detección del fraude en el uso de tarjetas de crédito. De hecho, la industria bancaria, es una de las que más ha contribuido al desarrollo de esta maravillosa tecnología, que trabaja mil millones de veces más rápido que el hombre.
La diferencia del machine learning con técnicas anteriores está en su capacidad para adaptarse a los cambios en los datos a medida que son incorporados al sistema. ¿Entiendes? Se adapta a cualquier necesidad, a cualquier negocio, pero su poder estará determinado, sobre todo, por la calidad y cantidad de datos que la alimenten: en este caso, más es mucho mejor.
Estos son algunos de los usos habituales de la machine learning:
1.- Seguridad de datos (lucha contra el malware)
2.- Seguridad personal (controles de seguridad en aeropuertos, por ejemplo)
3.- Comercio financiero (predecir el comportamiento del mercado)
4.- Cuidado de la salud (advierte los factores de riesgo de una enfermedad)
5.- Marketing personalizado (mayor conocimiento de tu cliente potencial)
6.- Detección de fraudes (combatir el lavado de dinero o transacciones ilegales)
7.- Recomendaciones (a partir de tu actividad en internet, te sugiere opciones similares)
8.- Búsqueda online (es el secreto del éxito de Google)
9.- Procesamiento de lenguaje natural (atención al cliente a través de chatbots)
10.- Autos inteligentes (con capacidad para aprender del entorno y del propietario)
Las aplicaciones industriales de esta tecnología incluyen optimizar, de forma continua, cualquier tipo de sistema. Claro, siempre y cuando se le alimente con más datos, con nueva información. Las posibilidades del machine learning son virtualmente infinitas mientras existan datos disponibles de los que pueda aprender. Es prácticamente ilimitada si se lo alimenta.
Por último, conoce algunos de los beneficios del machine learning en el ámbito empresarial:
1.- Predice tendencias (a partir de hábitos de compra, permite dirigir la demanda)
2.- Mejora la segmentación (con base en los datos, facilita encontrar el público objetivo)
3.- Impulsa la innovación (favorece la búsqueda de nuevas soluciones)
4.- Mejora la segmentación de avisos (menos inversión y mayor retorno en campañas publicatarias)
5.- Mejor experiencia del cliente (brinda soluciones más rápido y recolecta información)
6.- Reduce los costos (automatiza tareas, es más efectivo, brinda mejores resultados)
La realidad es que el machine learning es uno de los pilares sobre los que descansa la transformación digital. Una poderosa herramienta que, sin duda, en el futuro nos brindará más y mejores resultados, más y mayores ayudas. Apple, Google, Facebook, Tesla, la industria bancaria y otras más ya la aprovechan. Y tu negocio/empresa no debería quedarse atrás.
El temor que nos vendieron en la ficción de The Terminator era infundado, hoy lo sabemos. Las máquina llegaron, pero para ayudarnos, para hacernos la vida más fácil, para servir más y mejor en nuestros negocios y empresas, para producir un impacto más positivo en la vida de las personas. Y créelo: no es una tendencia, sino una fantástica realidad indispensable en el mundo actual.