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El cuidado de tu salud visual no es un juego de niños

El abuso del tiempo de consumo frente a pantallas digitales sin la protección adecuada es un problema de salud pública, en especial con los niños.

Se trata de un enemigo silencioso que entró a millones de hogares del planeta durante la pandemia. Se presentó como una solución viable para hacerle frente a la soledad, al encierro y a la imposibilidad de llevar una vida normal con contacto con otros seres humanos. Hoy, sin embargo, está considerado como un peligro real (ya no potencial), en especial para los niños.

¿De qué se trata? Del abuso del tiempo frente a la pantalla sin la protección conveniente. Era un tema del que ya se habían prendido las alarmas, antes de la crisis, pero se estimaba controlado. Quizás, más bien, fue subestimado. Durante la pandemia, el uso de pantallas (televisión, celular, computador, juegos), el uso se incrementó a niveles insospechados, prácticamente incontrolables.

Hoy, casi dos años después de que las autoridades liberaron las restricciones, por fin le vemos la cara al verdadero problema: se sobrepasaron los límites de lo conveniente, las alertas pasaron del naranja al rojo y el entretenimiento se transformó en un hábito perjudicial. El problema es que cada vez son más las razones o justificaciones que tienen los niños para estar frente a la pantalla.

Lo peor, en la mayoría de los casos es un largo tiempo durante el cual se exponen sin protección. Entonces, se trata de un problema con dos aristas: la primera, el exceso de exposición a la pantalla, que puede acarrear graves consecuencias; la segunda, el daño que se produce en los ojos al no contar con lentes especializadas para protegerlos de la luz azul.

¿Qué es esa temida luz azul?

Lo primero que hay que decir es que no es dañina per se. Por si no lo sabías, se encuentra en la luz solar y se emite de manera artificial en las pantallas digitales. Además, durante el día, es beneficiosa porque ayuda al ritmo circadiano y nos mantiene alerta. El problema, el riesgo grande, se da principalmente en las noches cuando hay exposición excesiva.

En términos generales, el ojo humano promedio puede captar longitudes de onda de 390 a 750 nm. La luz azul forma parte de este espectro visible con una longitud de onda entre 380 y 475 nm, la parte más baja del espectro y la que más se acerca a la luz ultravioleta, parte del espectro no visible. Al igual que las tonalidades de los colores, hay varios de luces azules con distintas longitudes de onda.

En concreto, se habla de dos tipos: la luz azul-turquesa y la luz azul-violeta. De manera general, la luz azul-turquesa se asocia con beneficios para la salud que regulan diversas funciones del cuerpo, mientras que la luz azul-violeta tiene una longitud de onda más corta, más cercana a la luz ultravioleta (UV) por lo que se relaciona con ciertos riesgos a la salud, principalmente para la visión.

Pasar largos períodos de tiempo frente a las pantallas puede hacer que los ojos se sequen, se irriten y se sientan cansados. Esto se debe a que la luz azul tiene una longitud de onda corta que es más intensa y puede penetrar más en el ojo y dañar las células fotosensibles.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud y Seguridad Laboral de Estados Unidos, las probabilidades de que la exposición a la luz azul afecte los ojos aumentan cuando se expone a una pantalla de computadora por más de tres horas al día. Esto, sin duda, representa un riesgo significativo para aquellos profesionales que necesitan de una computadora para trabajar.

Por supuesto, no se trata de erradicar de nuestra vida los dispositivos digitales (algo que se antoja imposible hoy), sino de aprender a convivir con ellos. La tecnología, por sí misma, no es buena o mala: esa valoración, o ese resultado, está determinada por el uso que cada uno le da. Entonces, a partir de la educación, de adquirir buenos hábitos y de no excederse, los podemos disfrutar.

Algunas buenas prácticas de buen uso de las pantallas por parte de los niños son las siguientes:

1.- Tiempo limitado. En especial para el ocio y el entretenimiento, establece horarios durante el día y haz que tus hijos lo respeten. Sé razonable y flexible, pero no pierdas el control

2.- No lo dejes solo. Si al niño le gusta jugar, rétalo, juega con él, así tendrás el control de la situación y de lo que consume en la pantalla. Si es para el estudio, haz las veces de tutor

3.- Incentiva otras actividades. La lectura, la práctica deportiva, la participación en obras benéficas (voluntariado) o aprendizajes artísticos (pintura, música, baile) lo mantendrán ocupado

4.- Limita los espacios. No es conveniente que tu hijo utilice el dispositivo mientras come, ve la televisión o debe ir a dormir. Enséñale que para cada actividad hay un tiempo y un espacio

5.- Aprovecha la lúdica. Inventa juegos y retos que involucren a toda la familia y no contemple ningún tipo de dispositivo digital. Procura que esas actividades incorporen algún aprendizaje

Recomendaciones en relación con el uso de pantallas por parte de los niños según la edad:

Por otro lado, los especialistas de la Asociación Americana de Pediatría hacen las siguientes recomendaciones en relación con el uso de pantallas por parte de los niños según la edad:

– Para bebés de 0 a 18 meses: la sugerencia es evitar el tiempo frente a la pantalla si no es para chatear por video. En esta etapa, no se recomienda ningún otro uso de los dispositivos

– Para niños de 18 a 24 meses: si los padres quieren introducir los medios digitales, deben elegir programas de alta calidad y verlos junto con sus hijos para que entiendan el contenido

– Para niños de 2 a 5 años: a esta edad, lo sugerido es limitar el tiempo de uso de la pantalla digital a una hora diaria de programación de alta calidad. En este período, el acompañamiento es clave

– Para niños a partir de 6 años: este es el momento adecuada para poner límites coherentes al tiempo dedicado al consumo de contenidos para que no riña con actividades más importantes

Ahora, algo que ningún padre de familia debería olvidar: el cuidado de la salud visual de sus hijos, pues estos órganos se fatigan y pueden deteriorarse por el excesivo uso de pantallas. La fatiga visual es un mal que gana terreno rápidamente, en especial cuando no se toman las precauciones necesarias. Y ten en cuenta algo importante: el riesgo es para todos, no solo para los niños.

Otras recomendaciones:

La Asociación Americana de Optometría recomienda acciones sencillas, pero efectivas: parpadea. Por lo general, los seres humanos parpadeamos unas 15 veces por minuto, pero la frecuencia se reduce a 5 o 7 cuando estamos frente a la pantalla. Entonces, de lo que se trata es de realizar pausas frecuentes y parpadear durante 10-20 segundos para darle al ojo la humedad que requiere.

Una segunda recomendación es lubricar los ojos cuando los sientas secos o sufras picazón. Por supuesto, ten cuidado de no abusar de las gotas lubricantes (también conocidas como lágrimas artificiales). Si no sabes cuál es la adecuada, consulta con tu médico de confianza. Ten en cuenta, además, que estos productos pueden tener efectos secundarios como visión borrosa o mareos.

La tercera, utiliza la regla 20-20-20. ¿La conoces? Es muy sencilla de aplicar: después de 20 minutos de contacto directo con cualquier pantalla, haz una pausa. Cambia el foco de tu mirada y concéntrate en un objeto que esté a 20 pies (6 metros), durante 20 segundos. Es fácil: pausa, objetivo a distancia y descanso de 20 segundos. Procura convertirlo en un hábito saludable.

La cuarta, ajusta las especificaciones de tu dispositivo digital. Si la pantalla brilla más que el entorno, los ojos deberán esforzarse más para ver. Entonces, gradúa el brillo de la pantalla y asegúrate de que le das un tono mate (no brillante). También es conveniente que la pantalla esté a no menos de 50 cm de los ojos y se recomienda que los ojos miren ligeramente hacia abajo.

La quinta, sin duda, es la más importante: utiliza gafas bloqueadoras de luz azul. Te recomendamos los de la marca GUNNAR, uno de los productos de nuestro portafolio. Estas gafas están diseñadas para proteger los ojos en desarrollo de la población más joven al reducir el deslumbramiento y la sequedad. Además, absorben la luz azul de alta energía que se sabe que afecta a los ciclos del sueño.

Con la protección ocular adecuada y la restricción del tiempo frente a la pantalla, se pueden evitar graves daños oculares como miopía, fatiga ocular y, potencialmente, degeneración macular. La tecnología de lentes patentada de GUNNAR ofrece el principal recurso para proteger los ojos en desarrollo de tus hijos, y los tuyos también, cuando utilizan dispositivos digitales. Prevención es salud, no lo olvides.

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