Según la Unesco, más de 6.000 millones de personas en el planeta tienen un dispositivo digital y muchos han descubierto que es una poderosa herramienta de aprendizaje.
Especialmente en la edad productiva, pasamos más de la mitad del tiempo en el trabajo. Cada día estamos un mínimo de ocho horas concentrados en esa labor, a las que si les sumamos los desplazamientos en medio de tráfico pueden llegar a 12-14 de las 16 horas que, en promedio, estamos despiertos. Y así cada día, durante al menos 35-40 años.
Decirlo o leerlo ya produce cansancio. Lo peor, ¿sabes qué es lo peor? Que cada vez son más las personas que reconocen abiertamente que son infelices en el trabajo. Por ejemplo, en Colombia una encuesta realizada en 2021 estableció que el 89 % de los habitantes no son felices. Y eso que, durante años, los colombianos se proclamaron “el país más feliz del mundo”.
En México se da una realidad similar, con una cifra preocupante: los suicidios aumentaron un 24 % en los tres últimos años. En una escala del cero al 10, en la que 0 es la peor vida posible y 10 es la mejor posible, en 2006 el 3,4% de las personas calificó su vida con la máxima puntuación. En 2022, ese porcentaje se duplicó a 7,4 por ciento. ¡Desolador!
En Argentina, mientras, uno de cada cuatro trabajadores (25 %) afirmó preferir estar desempleado que infeliz en un trabajo. La clave parece radicar en que, en especial después de lo vivido durante la pandemia provocada por el COVID-19, las personas entendieron que la vida personal es más importante que la laboral. El 60 % así lo manifiesta.
Quizás esa sea la razón por la cual en los dos últimos años en Estados Unidos y algunos países de Europa, principalmente, se produjo el fenómeno conocido como la renuncia silenciosa (o quiet quitting, en inglés). ¿Sabes en qué consiste? Básicamente en hacer estrictamente lo necesario dentro del horario establecido, sin hacer nada más.
Es lo que en algunos países de Latinoamérica se conoce como “calentar silla”, que es una manifestación de la ley del menor esfuerzo. Eso significa no trabajar horas extras, no trabajar en casa fuera del horario laboral, no responder correos ni tomar llamadas de trabajo los fines de semana. ¿La razón? Los trabajadores están cansados y dicen “¡No más!”.
Más dramático todavía fue el fenómeno conocido como “la gran renuncia”, que desde 2021, una vez se liberaron las restricciones impuestas por la pandemia, se tradujo en que al menos seis millones de personas dejaron sus puestos de trabajo. ¡Voluntariamente! Si bien no es posible establecer una razón específica, “agotamiento” es una buena opción.
Ahora, ¿por qué somos infelices en el trabajo? O, de otra manera, ¿por qué dedicamos tanto tiempo, un valioso tiempo que nunca vamos a recuperar, en algo que no nos satisface ni hace felices? Las causas son múltiples, la sumatoria de diversos factores, y varían también en función de la industria específica y, por supuesto, del país. Veamos:
1.- El salario. La mayoría de los empleados en el mundo considera que su remuneración es inferior a la deseada o merecida. Esta insatisfacción se traduce en una creciente sensación de no ser valorado ni respetado por la empresa, además de como falta de confianza
2.- La motivación. El dinero, cada vez más, es menos importante, si bien es indispensable. La realización personal, la posibilidad de acceder a oportunidades mejores y, en especial, de aprender, son otros factores que inciden claramente en la motivación en el trabajo
3.- El entorno. Una de las claves. Para nadie es un secreto que son muchas las empresas y negocios en las que trabajar es una aventura complicada por el estrés, la exigencia y, lo más triste, por males como el acoso laboral y sexual y las represalias de los jefes
4.- La identificación. Muchas personas, la mayoría, toma un trabajo simplemente porque necesita el dinero. Con el paso del tiempo, sin embargo, se da cuenta de que no disfruta esa labor, no se identifica con los valores y el propósito de la empresa. Y surge el problema
5.- La contribución. Cada vez son más las personas que dicen que el dinero no es lo principal en el trabajo, sino la posibilidad de contribuir a la sociedad, ser partícipes de la construcción de un mejor mundo. Las nuevas generaciones son más afectadas por esto
Ahora, la pregunta del millón: ¿es posible ser felices en el trabajo? O, ¿por qué hay personas que sí son felices en el trabajo? La dificultad para encontrar una respuesta es ponernos de acuerdo en ¿qué es felicidad? Porque cada uno tiene una definición propia, del mismo modo que sucede con el éxito o el amor. Sin embargo, hay algunas claves.
Diversos estudios llevaron a los expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a concluir que “No es el dinero ni los bienes materiales, al menos a largo plazo. De los resultados de las investigaciones se desprende que algunas de las cosas que nos producen una felicidad duradera son mantener relaciones sólidas, ayudar a los demás, expresar gratitud y meditar”.
De ese propósito, precisamente, en la ONU surgió la iniciativa de institucionalizar el Día Internacional de la Felicidad, que se celebra cada año el 20 de marzo, desde 2013. “Es una fecha simbólica para conmemorar la importancia que tiene la felicidad como parte integral en el desarrollo y bienestar de todos los seres humanos”. ¡Un día para ser felices!
Si no habías oído hablar del Día Internacional de la Felicidad, es muy probable que no conozcas su origen. Que se dio en Bután, un pequeño país del sur de Asia, enclavado en la cordillera del Himalaya y sin salida al mar. Limita con China, por el norte, y con India, por el sur. Esta nación, de solo 800.000 habitantes, es regida por una monarquía constitucional.
Y fue precisamente el rey de Bután el que, hace más de 40 años, y con solo 16, decidió que su gobierno se guiaría por una filosofía basada en la felicidad de sus súbditos. Se inventó un concepto innovador, la Felicidad Nacional Bruta (FNB), en contraposición del Producto Interno Bruto (PIB), como indicador para medir el nivel de vida de sus habitantes.
El FNB se calcula midiendo nueve puntos: el bienestar psicológico, el uso del tiempo, la vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación, la diversidad medioambiental, el nivel de vida y el Gobierno. ¿Una locura? Quizás. Sin embargo, allí funciona. Por eso, la ONU estableció en 2015 los tres objetivos del desarrollo sostenible de la sociedad.
¿Cuáles son? Erradicar la pobreza, reducir al mínimo la desigualdad y cuidar y proteger el planeta. Estos factores, asegura, están relacionados directamente con lo que puede representar más bienestar y felicidad a todos los habitantes del planeta o, dicho de otra manera, con aquello que nos permite ser más felices. Una visión llamativa, ¿cierto?
Ahora, la pregunta del billón: ¿cómo ser felices en el trabajo? ¿Es posible? No es una tarea fácil en especial porque involucra a grupos de personas que piensan diferente y que tienen objetivos y sueños distintos, con prioridades disímiles. Además, no todas han desarrollado las habilidades requeridas y algunas carecen del conocimiento y la experiencia.
Sin embargo, ¡es posible! Te revelamos algunas claves:
1.- El propósito. Procura asegurarte de que las personas que contratas se postularon no por la intención de ejercer un cargo o recibir un salario, sino porque ese trabajo está conectado con sus principios y valores y, en especial, con su propósito de vida. Solo así les será fácil mantenerse motivadas, proactiva, abiertas al aprendizaje y a la convivencia.
2.- El equilibrio. Promueve en tus empleados la búsqueda de un equilibrio entre la vida personal y la laboral. Que no sea una competencia, sino un complemento. Que el trabajo no se convierta en un obstáculo para su felicidad personal y familiar, para realizar sus sueños más allá de este ámbito. Respeta sus tiempos y valora su compromiso.
3.- El crecimiento. No solo en lo laboral, sino en lo personal. Bríndale oportunidades para que se capacite, profundice sus conocimientos, adquiere nuevos afines y desarrolle las habilidades requeridas para pasar al siguiente nivel. Reconoce sus logros, prémialo por sus resultados y, si no alcanza la medida esperada, apóyalo y dale otras herramientas.
4.- Las metas. Una de las principales razones de la infelicidad en el ámbito laboral es no saber qué se espera de ti. Trabajas y trabajas, pero no te dicen si vas bien o qué hace falta para alcanzar los objetivos. Metas claras, con reglas de juego claras, son un factor crucial para que los trabajadores se mantengan no solo motivados, sino también, enfocados.
5.- La comunicación. Es uno de los valores olvidados en las empresas y deja la impresión de falta de transparencia, algo que genera malestar y mal ambiente laboral. Debe ser fluida, directa, clara y, sobre todo, positiva y propositiva. Fundamental que haya una adecuada retroalimentación, uno de los ingredientes indispensables de la motivación.
¿Cuáles son los beneficios de un equipo motivado?
1.- Mayor productividad: empleados motivados se distraen menos, se mantienen enfocados en sus tareas y, al sentirse partícipes de los logros, rinden más
2.- Mayor innovación. Sí, es cierto. Las personas motivadas, que disfrutan su trabajo, tienen claridad mental y son proactivos para brindar soluciones en las dificultades
3.- Mayor compromiso. El sentido de pertenencia no es una especie en vías de extinción si sabes cómo despertar el compromiso de tus empleados. Los resultados se optimizarán
4.- Menos absentismo. Dado que hay un ambiente laboral propicio, motivador, el trabajador tiene menos estrés y, por ende, es menos frecuente que se enferme
5.- Más colaboración. El trabajo en equipo se hace más fácil porque se persigue el mismo objetivo, porque la competencia es sana y porque hay identificación en el propósito
6.- Mejor convivencia. Hay más tolerancia, mejor comunicación y respeto entre los miembros del equipo y esto contribuye a una convivencia propicia para los resultados
7.- Menos presión. Y menos estrés, también. Las expectativas son las adecuadas, cada uno sabe qué se espera de él y asume su responsabilidad. Delegar tareas es más fácil
8.- Mejor comunicación. Una consecuencia de todas las anteriores, porque hay libertad para expresarse sin temor a represalias. Se promueve la diversidad de ideas y pensamiento
9.- Mejor servicio. Sí, también. Empleados motivados, enfocados y comprometidos son más abiertos a escuchar, a atender gentilmente a los clientes, a brindar soluciones
10.- Mejor resultados. Si a los empleados les va bien, a la empresa le va bien. Es un gana-gana. Empresas con empleados felices son líderes del mercado y más competitivas
El Día Internacional de la Felicidad es una fecha que invita a celebrar. Sobre todo, es una oportunidad maravillosa para agradecer la posibilidad de contar con un trabajo estable, sonreír, soñar y creer que un mejor mañana es posible para todos. También, para reflexionar acerca de tu vida laboral, que no debe ser un obstáculo para tu felicidad, sino una motivación.