La saga de ‘La guerra de las galaxias’ nos demuestra cuán delgada es la línea entre la realidad y la ficción y cómo esta puede retroalimentar a aquella.
Si hay algo parecido a La guerra de las galaxias (Star Wars) o que probablemente inspiró a George Lucas, su creador, fue sin duda el mundo de los negocios. Porque tendemos a creer que la vida se inspira en la ficción, cuando es justamente lo contrario: el creador parte de la realidad y a través de la imaginación crea un universo ficticio en el que las fronteras con la realidad se hacen difusas.
Y, lo mejor, ¿sabes qué es lo mejor? Que como en el caso de La guerra de las galaxias la realidad se puede inspirar en la ficción. Increíble, ¿cierto? Porque, si eres un fan de la saga, coincidirás en que cada una de las nueve películas producidas desde 1977 son una fuente inagotable de mensajes poderosos sobre la vida y, en especial, sobre el mundo los negocios y el emprendimiento.
La trama que sirve como hilo conductor de las películas que componen la saga relata las vivencias de la familia Skywalker. Vivencias que se dieron “hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana”, en las que sus protagonistas perciben y utilizan La Fuerza, un poder metafísico que les permite desarrollar habilidades como telequinesis, clarividencia y control mental, entre otras.
A lo largo de casi medio siglo, primero bajo la égida del propio Lucas y más tarde, a partir de 2012, de la tutela de The Walt Disney Company, varias generaciones de aficionados fueron atrapadas por la magia de la narrativa y las aventuras de Star Wars. Y aunque no todas las películas han sido igual de exitosas, lo cierto es que, en conjunto, la saga es una de las más vistas en la historia.
La primera película de Star Wars causó un gran impacto porque retomaba arquetipos de la mitología clásica y los situaba en un pasado remoto lleno de naves espaciales y criaturas fantásticas. Es decir, una genial mezcla del pasado con el futuro. Basándose en las investigaciones sobre mitología comparada de Joseph Campbell, Lucas creó una aventura épica espacial.
Una historia distinta que no tenía antecedentes en el cine de su tiempo ni del pasado. Combinando conceptos de religiones orientales como el budismo y el taoísmo, y mezclándolos con la lucha del bien y el mal propia del cristianismo en el que fue educado, el director cautivó a la audiencia como lo hacían los mitos del pasado. Con esa combinación magistral, tocó fibras profundas en el público.
Otro punto a favor de la saga es la música: ¡sencillamente, ES-PEC-TA-CU-LAR! No importa si eres o no un fan de Star Wars, su música te atrapará. Además, no olvides que, en aquella época, 1977, la música era un ingrediente segundario, casi marginal, de las películas de aventura y Lucas la trajo a los primeros planos. Una movida genial que a la gente le encantó y se convirtió en un sello.
La originalidad del argumento y de la realización también marcaron diferencia. Originalidad entendida no solo como algo nuevo o “que no se haya hecho nunca”, sino como innovadora: Lucas llevó al cine por primera vez de una forma muy efectiva una aventura épica que combinaba elementos de la ciencia ficción, la fantasía, el western y la mitología. ¡Una mezcla explosiva!
Y, claro, la tecnología. Star Wars revolucionó los efectos especiales para siempre, y aunque las dos primeras trilogías no han envejecido muy bien, al menos la primera es un referente obligado, y la mayoría de sus secuencias de acción con maquetas y miniaturas siguen viéndose bien. En las últimas entregas, la innovación no sobresalió, pero cuentan con efectos especiales de última generación.
Una saga de locura
El momento: otro de los hits de Lucas. Era 1977, sol, dos años después de que terminó la Guerra de Vietnam. Una época de hippies, drogas, Guerra Fría y preocupación por el futuro del planeta por la devastación ambiental. Reinaban el pesimismo y la desesperanza y la película nos dijo que existen el bien y el mal, y que hay algo más allá de la materia (La Fuerza) que mueve y da sentido a todo.
Así mismo, para los fanáticos la saga se convirtió en un legado familiar que se transmitía de generación en generación. Abuelos, padres e hijos (nietos) se sientan frente a la pantalla a disfrutar las emociones y vivir las aventuras desde su propia óptica e intereses. En los 80, los detractores de la Guerra de las galaxias dijeron que era una “moda pasajera”, pero el tiempo los desmintió.
Por si faltara algo, está el dinero. Sí, la multimillonaria cifra que Star Wars ha producido más allá de la recaudación de las películas. Se calcula que, a lo largo de casi cinco décadas, en el mundo se vendieron más de 9.000 millones de dólares (sí, leíste bien, nueve mil millones de dólares) en una amplia variedad de productos relacionados y derivados de la saga. ¡Una verdadera locura!
Se estima en 800 la variedad de artículos disponibles para los fans, que los buscan con ansiedad y, en muchos casos, están dispuestos a pagar pequeñas fortunas por ellos. ¿Qué artículos? Tazas, afiches, camisetas, zapatillas, espadas láser o incluso cascanueces o complementos vitamínicos. ¿La clave del éxito? Convirtieron una simple película en un variado negocio multimillonario.
¿Qué podemos aprender los empresarios y emprendedores de Star Wars?
1.- Busca un mentor. Si bien no hay datos oficiales y precisos, se calcula en 4.000 la cifra de montañistas que llegaron a la cima del Everest. Y siempre lo hicieron en equipo, de la mano de un sherpa. Igual ocurre en los negocios: difícilmente lograrás el éxito si estás solo. Requiere la ayuda de alguien que conoce el camino, que ya lo recorrió y que puede transmitirte sus experiencias.
2.- No lo intentes, ¡hazlo! Intentarlo no sirve, nunca es suficiente. En la vida y en los negocios lo único que vale, que marca diferencias, es ¡hacerlo! Aunque implique varios intentos. Tu deber como emprendedor es hacer lo que sea necesario para que tu negocio funcione, dé los resultados que esperas y cumpla con su objetivo. Sigue el camino que otros trazaron para llegar a la cima.
3.- Vence el miedo. Siempre habrá miedo e incertidumbre, entre otras razones porque esta son emociones características de nuestra condición humana. Si tienes miedo, ¡hazlo con miedo, pero hazlo! Una vez comienzas, una vez superas las primeras dificultades, el miedo desaparecerá y tu confianza se robustecerá. Y olvídate del fracaso como excusa: es solo una etapa del camino.
4.- Aprende de tus errores. Que se darán, lo quieras o no, aunque te esfuerces en evitarlos. Y lo mejor que te podrá ocurrir es que sucedan. ¿Por qué? Porque los errores son inagotable fuente de valioso aprendizaje. Si no te equivocas, no aprendes; si no aprendes, no avanzas; si no avanzas, nunca llegarás adonde quieres estar, ¿entiendes? El error es parte fundamental del proceso.
5.- Aléjate de tu lado oscuro. Que todos lo tenemos, por cierto. Habrá momentos de confusión en los que la mente nublada te llenará de incertidumbre y miedo. Persiste, cree en ti, no te dejes vencer por las dudas y enfrenta las dificultades. Recuerda que la mente tiene un poder ilimitado y está en capacidad de llevarte a donde quieres o, por el contrario, hundirte en un profundo pozo.
6.- Trabaja en equipo. Aquello de la “soledad del emprendedor” quedó en el pasado. Hoy, en cualquier actividad que te desempeñes, encontrarás aliados, profesionales idóneos que pueden darte una mano. Recuerda: nadie escaló el Everest en solitario. Detrás de cualquier empresa, negocio o emprendedor exitoso hay un equipo integrado, capacitado y con un enfoque claro.
7.- Mentalidad abierta. Tal y como lo hizo Star Wars, es necesario tomar otros caminos, apostar por la innovación y asumir el riesgo de romper esquemas. Atrévete a ir más allá de lo tradicional, de lo convencional, de lo que hace el mercado o tu competencia. Lo mejor de ti, de tu negocio, aparecerá cuando te enfrentes a lo desconocido, venzas el miedo y superes los obstáculos.
8.- Dedícate tiempo. Medita, haz ejercicio, lee, descansa, come bien, adquiere hábitos saludables y procura mantener el equilibrio. La vida no es solo trabajo, de la misma manera que el éxito no es solo dinero. Lo que estés en capacidad de darles a otros, al mercado, es lo que cultivas en tu interior, así que preocúpate primero por esto. Lo demás, todo lo demás, vendrá por añadidura.
9.- Prepárate para lo inesperado. A comienzos de 2020, pocos, muy pocos, vislumbraban ese terrible escenario de la pandemia que nos obligó a protegernos en casa. Y muchos emprendedores y empresas, tristemente, no superaron esa dura prueba. Lo inesperado está a la vuelta de la esquina y tanto una actitud adecuada como acciones efectivas evitarán los daños mayores.
10.- El poder de las redes. O del networking, como prefieras llamarlo. Las sociedades, los aliados estratégicos y los afiliados son pilares del éxito de los negocios en el siglo XXI. No temas compartir las ganancias: preocúpate más bien por cómo maximizarlas. Rodearte de las personas adecuadas te hará más fuerte, te permitirá superar dificultades y obtener resultados extraordinarios.
11.- No subestimes a nadie. El enemigo más pequeño es un gran enemigo. No mires con desprecio a tu competencia: estúdiala, descubre sus fortalezas, identifica su propuesta de valor y modela en tu negocio lo que te ayude a ser más fuerte y mejor. Competencia siempre habrá y cuanto mejor sea, mejor para ti y para el mercado porque todos se verán forzados a dar su mejor versión.
12.- Invierte. En aprendizaje, en capacitación de tu personal, en tecnología, en los recursos que sean necesarios para dar el siguiente paso. Invierte también en tu salud, en tu vida, porque lo que obtengas de tu trabajo en tu negocio o emprendimiento estará determinado por tu vida personal. A la cima del éxito solo llegan aquellos que están dispuestos a invertir sin miedo, con inteligencia.
13. Si fallas, prepárate mejor y regresa. Un tropiezo o una dura caída no son, no deberían ser, el final del camino. Si caes, si fallas, asume que algo no se hizo bien o que algo faltó. Identifícalo, corrígelo y vuelve con más fuerza. El problema es nos equivocarse, sino rendirse, tirar la toalla cuando todavía no cumpliste el objetivo propuesto. El éxito es privilegio de los que perseveran.
14. No te resistas al cambio. Sé flexible, porque el mercado cambiará. Prepárate para el cambio, que es la única verdad irrefutable del mundo de los negocios, más en este mundo moderno del siglo XXI. A puerto seguro solo llegan aquellas embarcaciones capaces de superar las tormentas y lidiar con el mar bravío, las que reformularon su ruta y aprovecharon los nuevos vientos. 15.- Comparte lo que eres y lo que tienes. Conocimiento, experiencias, principios, valores y el aprendizaje de tus errores, en especial. Lo que eres y lo que tienes, lo que logras, carece de sentido si lo atesoras solo para ti: compártelo y verás como la vida te recompensa de mil y una formas maravillosas. Te regresará lo que das multiplicado. Solo recibirás aquello que hayas dado.