
Las sombras del atardecer ya habían caído sobre el estadio Nacional de San José. La ilusión de asegurar la clasificación al Mundial de Rusia-2018 se escapaba ante la impotencia de los miles de aficionados apostados en las tribunas y millones más en sus hogares. La que parecía ser una larga y triste noche, sin embargo, agónicamente se transformó en una alegría desbordada.
El reloj marcaba el minuto 94 del partido cuando Kendall Watson venció la resistencia del portero hondureño Donis Escober y marcó el esperado empate a un gol. Era el penúltimo juego de la eliminatoria y con ese punto el elenco de Óscar Ramírez logró su cupo a la cita orbital. Aquella noche del sábado 7 de octubre de 2017 fue una larga fiesta popular.
Cuando el árbitro mexicano César Ramos pitó el final del partido, el país entero salió a las calles a celebrar. Decenas de miles de personas se aglomeraron en la rotonda de la Fuente de la Hispanidad y sus alrededores, en el oriente de la capital costarricense. En la mañana, mientras los aficionados lidiaban con su resaca, el resultado de su alegría era inocultable.
La fuente, las aceras aledañas, el puente y la rotonda estaban cubiertas de basura y desechos de todo tipo. Al ver ese deprimente espectáculo, y a sabiendas de que en tales circunstancias las autoridades poco o nada iban a hacer, hubo algunos que se impactaron. Al día siguiente, dos héroes anónimos, equipados con unas bolsas de basura y unos guantes, emprendieron la limpieza.
La premisa era evitar que la lluvia arrastrara la basura y esta llegara a alguno de los ríos de la ciudad. Pasaron tan solo unos minutos antes de que otras personas decidieran seguir su ejemplo y colaboraran en la tarea, que terminaron exitosamente en 45 minutos. Ese fue el inesperado punto de partida de un grupo de voluntariado llamado Algo por la Tierra.
“Tenemos diferentes propósitos, pero uno de los más destacados es ver un cambio de chip en las personas de la gran área metropolitana (GAM) en relación con la forma en que tratan los residuos que se generan”. El objetivo principal de esta iniciativa es “heredar a las próximas generaciones de costarricenses un país consciente en términos medioambientales”.
Dos de las acciones que se adelantan son la reforestación y la arborización, conceptos que la mayoría de las personas confunden. La reforestación consiste en la repoblación forestal de zonas que en el pasado estuvieron cubiertas de bosque, recursos que se perdieron por la tala, por incendios o por la ampliación de zonas ganaderas o agrícolas, o por construcciones.
La arborización, mientras tanto, es la acción de sembrar árboles en determinadas zonas urbanas como plazas, parques, callejones y aceras. Se plantan allí para controlar la contaminación, amortiguar los ruidos, disipar la polución y los malos olores, entre otras razones. Son acciones cruciales para la conservación del medioambiente y la naturaleza.
Ningún esfuerzo por salvar el planeta, por proteger el medioambiente, los recursos naturales y las demás especies es sostenible a largo plazo sin que el mensaje se transmita de generación en generación. Es una lucha desigual, injusta, porque son muchas las personas que todavía no son conscientes del mal que provocan, contra un puñado que intenta resarcir el daño.
“Debido a la gran cantidad de contaminación por residuos que observamos actualmente, creamos esta fundación para fomentar la participación y realización de varias actividades al mes. Llevamos a cabo limpiezas destinadas a retirar la mayor cantidad de desechos de las calles, los ríos y los bosques. La verdad, nos falta tiempo para hacer todo lo que queremos”.
Pequeñas acciones hoy por la Tierra crean grandes cambios para el mañana. Esa es una de las premisas que guían los esfuerzos que los voluntarios de Algo por la Tierra realizan sin estridencias. Es un trabajo silencioso que va creando conciencia en quienes comulgan con los principios y valores de esta organización, en quienes se resisten a creer que na se puede hacer nada.
“Si destruyes tu hogar, ¿dónde vivirán tus hijos? Deja tu huella y salva el planeta”. Los voluntarios de Algo por la Tierra no se imponen límites, saben que con su proyecto pueden llegar lejos, muy lejos. Su preocupación es seguir adelante, poder articular de la manera correcta el grupo y las personas que se van uniendo y realizar muchas más actividades.
“Nada de lo que hemos conseguido habría sido posible sin el valioso aporte de tantas personas voluntarias dispuestas a ayudar en lo que se les pida, personas capaces de realizar trabajos que los hacen retarse a sí mismas y que les permiten descubrir nuevas capacidades. Alcanzar los objetivos solo es posible cuando hay líderes que saben llevar a cabo las tareas previstas”.
Uno de los mensajes poderosos que la organización Algo por la Tierra les transmite a los costarricenses es que “El planeta es de todos, pero la decisión de cuidarlo es tuya”. Buena parte del problema se origina, precisamente, en que muchas personas, demasiadas, no son conscientes de su responsabilidad, no entienden el impacto de sus actos, el impacto negativo.
Y, como los cientos de miles de aficionados que aquella inolvidable noche del sábado 7 de octubre de 2017 celebraron la clasificación de la selección nacional al Mundial de Rusia-2018, provocan un gran problema y luego desaparecen. Y a veces, solo unas pocas veces, aparecen esos héroes anónimos que entienden que hay que actuar ya, porque el futuro no es reciclable.
Una hoja de papel tarda 6 meses en reciclar. Un fósforo, 7 meses. Un filtro de cigarrillo, dos años. Un chicle, 5 años. Un metal, 10 años. Una botella plástica, 100 años. El vidrio, 400 años. Una lata de gaseosa, tiempo indefinido. Si los seres humanos no tomamos conciencia de esto, quizás cuando nos demos cuenta del impacto de nuestro comportamiento ya sea tarde.
“Solo tenemos un planeta y hay que cuidarlo, por nosotros, por las próximas generaciones. Hemos organizado actividades en las que se han recogido más de 40 toneladas de residuos, con la ayuda de muchos voluntarios y de diferentes organizaciones públicas y privadas. Siempre es posible hacer algo, así que los invitamos todos los días a hacer Algo por la Tierra”.